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Breve análisis en BRUTO de la línea 2

  • Redacción de BRUTA Puebla
  • 14 abr 2015
  • 6 Min. de lectura

El siguiente es un artículo de opinión y análisis técnico-operativo del desarrollo inicial de la línea 2 de RUTA Puebla. Incluye también algunas observaciones que, a criterio de BRUTA Puebla, pudieran implementarse para mejorar la calidad del servicio.

Antes que nada, queremos aclarar que, a falta de información oficial por medio de las instancias correspondientes, hemos basado este análisis en la poca información que cualquier usuario puede encontrar a través de medios de comunicación.

Usuarios desinformados

El arranque de la líne2 de RUTA Puebla estaba precedido del fracaso independientemente del número de unidades, lo moderno de las mismas, su frecuencia o puntualidad, por una sola cosa: la falta de información. El hermetismo con el que se mantuvo el desarrollo del proyecto, así como las medidas que se tomaron con transportistas (que derivaron en que cada día había menos unidades) provocaron crecientes molestias en los usuarios del transporte público del sur de la ciudad, quienes vivían en la incertidumbre de saber cuándo iniciaría por fin el servicio y comenzaban a ver como una burla las falsas fechas de inauguración y sus continuos aplazamientos.

Sin información previa sobre el recorrido de rutas alimentadoras, los usuarios del sur despertaron un 9 de abril encontrándose con que su ruta habitual ya no existía, y las rutas sustitutas, además de insuficientes, tenían una capacidad mucho menor. Pero el calvario no terminaba ahí. Muchos usuarios llegaron a la troncal (ya sea en alimentadoras, en rutas alternas o hasta caminando) para encontrarse con un mar de pasajeros que ya tenían abarrotada la enorme terminal Margaritas.

Por muy gratuito que fuera el servicio, $6 pesos no valen las molestias, corajes, incomodidades y retrasos que vivieron los poblanos ese primer día de la línea 2.

Es verdad, NINGÚN sistema de transporte nace perfecto y no podemos exigirles esto, pero lo que sí pudo hacerse es prever y mitigar los problemas que sufrió tanta gente con información anticipada, una buena campaña en medios de comunicación y con un esquema de implementación que incluyera el retiro paulatino de las rutas de transporte anteriores.

Oferta y demanda

Ahora, analicemos un poco los números con los que trabaja el sistema. Este análisis nace originalmente de las observaciones a un artículo de Periódico Central que maneja en su titular “La catástrofe de RUTA: un camión por cada Mil 300 usuarios”, nota que nos pareció tendenciosa y mal fundamentada. De ninguna manera buscamos defender o justificar el colapso que evidentemente se ha presentado en estos primeros días de la línea 2, sino más bien explicarlo.

Sobre dicha nota, es claro que ese número apareció de una simple división de los pasajeros proyectados por día entre el número de unidades que prestarían el sistema sobre la troncal. Al respecto hay que aclarar que un servicio de transporte optimizado y una oportuna rotación de pasajeros si permitiría el traslado de 1,300 usuarios (acumulados) en una sola unidad a lo largo de todo el día. Actualmente el sistema convencional de transporte mueve entre 700 y 900 pasajeros en autobuses y hasta microbuses, y sabemos de casos donde se han movido hasta 1,100 pasajeros con los camiones que vemos circulando todos los días.

Pero pasando a números más objetivos, hay que decir que si bien se han manejado 110 mil pasajeros a lo largo del día, el análisis debe centrarse solamente en los usuarios que se trasladan en las horas de mayor demanda, dato que seguramente la autoridad tiene presente y que nosotros como ciudadanos desconocemos… pero podemos calcular.

La experiencia de otros corredores señala que entre el 8 y el 12% de los usuarios de un sistema troncal se trasladan en la hora de mayor demanda. Si tomáramos el caso más extremo, el 12% de 110 mil son 13,200 usuarios (por hora, suponemos que en ambos sentidos), demanda sobre la que se tuvo que hacer el análisis para conocer el número de unidades, su capacidad y frecuencia.

Ahora, considerando que la flota anunciada contempla 27 unidades de 160 pasajeros y 58 de 100 pasajeros (contemplando las 20 que se añadieron este día lunes), tenemos una oferta de 10,120 pasajeros, que por promedio ponderado resulta en una capacidad de 119 pasajeros por unidad. En el hipotético caso de que de las 85 unidades se encontraran 80 trabajando (las otras 5 son de reserva o hacen tiempo en terminal), la oferta se reduce a 9520 pasajeros. Esta oferta se presenta para los 50 minutos que dura la media vuelta, por lo que para completar la hora la capacidad crece en un 20%, situándose en 11424 pasajeros.

Cabe el señalamiento de que para que 40 unidades (por sentido) realicen el recorrido en 50 minutos, su frecuencia de paso debe ser de alrededor de 1 minuto con 15 segundos (que no está lejos de la realidad), y su velocidad de operación sería de 16.5 km/h, lo cual no la convierte precisamente en una ruta rápida, tomando en cuenta que la velocidad de operación promedio de las rutas convencionales es de 16 km/h.

En resumen, se tiene un déficit de 1,776 pasajeros en la oferta del servicio en hora de mayor demanda, que considerando que en el cálculo se contemplan las unidades a su máxima capacidad y en óptimas condiciones de operación, se traduce en hacinamiento, retrasos en ascenso y descenso de pasajeros y demora generalizada del servicio.

Ahora, estos son números rápidos. Ni las unidades llevan el número de pasajeros que indican (el hacinamiento podría indicar que llevan más), ni la demanda de pasajeros creemos que sea de 110 mil pasajeros, sino superior, ni se están considerando factores más técnicos como el índicador de rotación de pasajeros (que seguramente ni la propia autoridad conoce a estas alturas).

Medidas correctivas.

El inesperado resultado del arranque de la línea 2 ha hecho que la autoridad responda de inmediato con medidas que no han podido resolver eficientemente el problema.

Se anunció la puesta en marcha del sistema a su máxima capacidad, lo que implica la adicción de 20 unidades troncales, situación que no representó gran cambio ante el desmedido número de usuarios que se elevó por el regreso a clases después del periodo de Semana Santa.

Se ha dado a conocer también que habrá rutas directas y sin paradas, que es una medida operativa muy acertada en estos sistemas, pero completamente inútil si no existen carriles de rebase a lo largo del corredor, y en verdad creemos que por ningún motivo se atreverán a quitarle otro carril a los conductores de vehículos particulares.

Otra medida que vemos con buenos ojos y puede ser perfectible es la de implementar rutas cortas, lo que aumentaría la capacidad del sistema favorablemente, sin embargo esto conlleva mucha información a los usuarios y una correcta planeación basándose en los deseos de viaje de los mismos.

BRUTA Puebla opina.

De acuerdo a lo que hemos observado en redes sociales, la mayor demanda de los ciudadanos es la de aumentar el número de unidades, sin embargo, por lo observado en este primer día de operación regular, consideramos que la frecuencia de paso de las unidades es adecuada, y más bien habría que replantear la capacidad de las mismas. Además, los costos operativos (unidades, combustible, operadores, etc) se elevarían para quien quiera que esté operando el corredor (ADO) y seguramente no lo asumirían.

Si retomamos los números analizados previamente, 13,200 pasajeros en hora de mayor demanda pueden ser atendidos con 69 vehículos articulados de 160 pasajeros. ¿Será que la proyección de las unidades (65) no era tan incorrecta? ¿Será que esas 38 unidades de 100 pasajeros son temporales y ya se encuentran en construcción los nuevos articulados?

Y bueno, esto es hoy, pero seguramente algún día, con el crecimiento natural de la demanda, tendrán que cambiar el nombre del sistema a RUTBA para poder integrar unidades Bi-Articuladas, pues ya observamos que las dimensiones de las estaciones lo permiten (excepto el chiste de la estación Esperanza).

Un último comentario, éste dirigido a las autoridades. Todos sabemos que la 11 Norte-Sur es y ha sido el mayor reto en materia de transporte público en Puebla. Deben ser autocríticos en cuanto a la responsabilidad que han tenido en la toma de decisiones hasta el momento, y pensarlo muy bien en cuanto a las decisiones que tomen en el futuro. La historia no pasa en balde, y la 11 sur puede ser una versión mexicana de la Crisis del Transantiago en 2007. Puede ser que en el fondo no les interese el beneficio de los usuarios, pero seguramente si les deberá preocupar la crisis política y económica que se puede desatar y que ni teniendo a todos los medios de su lado podrán frenar.

Hasta aquí este “breve" análisis en BRUTO de la línea 2. Agradecemos su atención y comentarios.

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